jueves, 6 de enero de 2011

ROSARIO LA DINAMITERA

Rosario Sánchez Mora, conocida como "La Dinamitera", nació en Villarejo de Salvanés el 21-4-1919.

Su padre, Andrés Sánchez, tenía un taller donde se fabricaban carros, galeras y aperos de labranza en su pueblo natal, y su madre murió antes del estallido de la guerra. Vivió en Villarejo hasta los 16 años, fecha en que se fue a Madrid, 1935, a casa de unos amigos que la habían cuidado desde que su madre murió.

A su llegada a Madrid se hizo militante comunistay trabajaba como a prendiz de corte y confección en un Círculo Cultural de las Juventudes Socialistas Unificadas en Madrid cuando estalló la Guerra Civil.

Rosario tiene 17 años. España, julio de 1936. Si en algo cree, es en los ideales de la República que ahora estará en peligro; avanzan las tropas de Franco.
Por eso, hace un año que se afilió a las Juventudes Socialistas Unificadas, y por eso ahora, cuando unos soldados irrumpen en el aula pidiendo voluntarios para el frente, ella levanta la mano. ANtes reflexiona:vinieron a pedir voluntarios a una clase de corte y confección. Ya no debe ser un impedimento el ser una mujer.Y soy mujer. Además, hoy me he hecho la permanente y dado que me he uesto esta falda de voados, se me nota aún más.
Mientras uno de los soldados le dice dónde y a qué hora la esperan mañana para subir al camión, darle el uniforme y las dos o tres instrucciones básicas para manejar el fusil, Rosario sigue con su mano derecha levantada. Es la misma mano que meses después tomará prestada Miguel Hernandez para escribir uno de los poemas más emblemáticos de la guerra civil española.

Rosario luchó en el frente, y si bien no le tuvo tanto miego al enemigo, temblaba ante su condición de mujer, pero no por la falta de respeto a los chicos, que jamás se propasaron y siempre la trataron como a uno más, hasta el punto que ni siquiera sabían cuál era su nombre.
Como seña particular, entre tanto uniforme, se trataba de una chica, la llamaban "la muchacha", por ello, el abreviativo de "Chacha".
"Y quiero dejar bien sentado que fueron muchas las milicianas que supieron comportarse con una moralidad intachable en todos los terrenos. Con mis 17 años recién cumplidos, entré sin novio y virgen y salí de allí virgen y pura".

Si no era por la virginidad o por la muerte, el miedo era que tal vez era cierto que el sexo débil era el femenino: "en mi parapeto estaba yo sola con 25-30 chicos y aprendí a luchar metida en la tierra con un mosquetón que pesaba 7kg. Pero por las noches hacíamos guardias de una hora, pasándonos de uno a otro el único reloj que teníamos. Cuando me tocaba a mí, temía pues pensaba que era más torpe que los hombres, y que por mi culpa, el enemigo podría descubrir y atrapar al grupo". 

Por defender al gobierno legítimamente establecido, Rosario cobraba un jornal de 10 pesetas diarias y una ración de comida.Luego de dos semanas de enfrentamientos, en las que ograba contenr a los rebeldes nacinoales, la guerra en la sierra dejó de ser una batalla abierta  para convertirse en una batalla de posiciones. Por eso, destinaron a la Chacha a la sección de dinamiteros. 

Si el enemigo hubiera sabido cómo y qué instrumentos usaban los republicanos para armar sus instrumentos, hubieran ganado rápido la guerra. Mientras los nacionales tenían bombas de piña y armas modernas, en la unidad de Rosario se elaboraron armas letales con latas de leche condensada y clavos. "Un compañero minero asturiano, era el encargado de colocar el fulminante, y nosotros las lanzábamos". La misma mano que una dinamita arrancó de cuajounos segundos antes e que Rosario pudiera lanzarla. Estuvo interna en un hospital para heridos de guerra una semana y de allí tuvo que salir ates de tiempo para huir del enemigo, que ya había tomado la Ciudad Universitaria. Cuentan que la noticia corrió de boca en boca, y que enterado del accidente, fue a visitarla el mismo Ortega y Gasset. "Me dijo que me iba a regalar un frasco de perfume y una caja de bombones. Yoe le dije que no, que lo que quería era una pulserita echa con balitas que llevaba su ayudante.Y es qu lo único en lo que yo pensaba era en volver al frente". 

Y Rosario volvió al frente. Su vida, que podría haber culminado con la anécdota del escritor, no hizo más que empezar. 

España estaba dividida en dos, y detro de esas, en otras muchas Españas, a lo largo de anjas y trincheras. Luego de casi tres años de lucha, Madrid, ya tomada por Franco, se llevó toda la esperanza de salvar a la República, a la democracia, a la cultura pluralista sin el agobio de la sotanas, se llevo casi un millón de vidas, la vida de Lorca, la poca salud de Miguel Hernández, que urió en la cárcel de tuberculosis, los españoles que se exiliaron ... 
A quien no pudo llevarse ni los prepotentes ni el paso de los años fue a Rosario

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