jueves, 30 de diciembre de 2010

FRENTE DE BUITRAGO EN MADRID

Entre las docenas de mujers que llevaban las Brigadas en sus filas, sobresalían dos, Rosario y Felisa. Las dos muchachas cuentan con 18 años. Una, morena de ojos negros, la otra, morena de ojos transparentes.
Rosario tiene un temperamento fogoso que ha desahogado en el Guadarrama haciendo bombas y arrojándolas al enemigo. Le averguenza que muchas mujeres vayan a presumir y a mujerear a las trincheras.
La dinamital e ha comido la mano derecha, y ella dice que aún sigue teniendo la mano izquierda para seguir fabricando bombas, tarea que aprendió de un minero asturiano, ya muerto en el pueblo por los barracones de la sierra. No puede estar quieta, inactiva.

Felisa habla poco. Trabaja mucho y parece que siempre está envuelta en el resplandor del agua mediterránea de sus largos ojos. Va a todas partes con su máquina de escribir a todos lados y no interrume su escritura, ni las bombas que la rodean, ni los obuses que entran hasta la primer habitación donde imprime las palabras del Campesino, que le dicta entredormido, tras largos combates.
Cuando Felisa acaba su trabajo, son las dos o las tres de la madrugada. Entonces, se duemre sobre su silla. Lo único ruidoso en ella es su máquina.

domingo, 26 de diciembre de 2010

CUARTEL DE LA MONTAÑA Vs3

La noche del 17 de julio de 1936 mis camaradas falangistas y yo estábamos reunidos en casa de uno de los nuestros, en la calle Flores, en el barrio de Argüelles de Madrid, cuando escuchamos por fin las speradas noticias del alzamiento. Entonces recibimos órdenes de nuestros mandos de concentrarnos al día siguiente en el Cuartel de la Montaña.

Al día siguiente, domingo, me acerqué al cuartel. Entré por la rampa de acceso en la calle Ferrraz de esquina a Rosales. Salió de una garita un centinela que me dio la orden de alto y me preguntó por el motivo por el que llegaba al cuartel. Di la contraseña y me dejó pasar. En ese instante, el centinela recibió la orden de que no dejaran pasar a más paisanos dentro. Yo fui el último falangista en entrar en el recinto.

Ese día, el geneal Fanjul, militar sublevado, en lugar de salir con sus tropas para controlar los puntos más importantes de la ciudad, se hizo fuerte junto con 1500 hombres y 180 falangistas, entre los que estaba Ángel en el cuartel de la Montaña. Esperaban la llegada de refuerzos desde las guarniciones de campapemtos como Getafe y Cuatro Vientos, lugares donde se había sofocado la rebelión.


Al día siguiente, 19 de julio, el cuartel fue rodeado por tropas leales a la República, guardias de asalto y milicias populars probablemente armadas. 
Pero fue en el amanecer del 20 de julio cuando se inició el bobardeo. "En ese momento, los que estábamos allí nos comenzamos a disparar, y lo que es peor, a repeler el ataque. Nunca me había visto en semejante trance. Los disparos de mis compañeros parecían que me ibana romper los tímpanos.Yo no veía enemigos suficientes para comenzar tal tiroteo. Apreté el gatillo una y otra vez, sin escuchar un equeño clic que hacía que no disparara. Cambió el que tenía pro otro en buen estado". Angel no sabia que aquel hombre uniformado que dirigía tanto era el General Fanjul. "Observaba los acontecimientos con total tranquilidad. Me preguntó por qué abandoné mi puesto y al contarle loq ue me ocurrió ordenó que me diera otro fusil nuevo".


Los sublevados sólo resistieorn un par de horas. Las diferencias de opiniones entre ellos les llevaron a ondear la bandera blanca y reanudar el fuego contra los asaltantes, conforme se acercaban a la entrada del cuartel. Al usarse la aviación contea ellos, el cuartel cayó.


"Salimos todos amontonados, mezclados, y a la salida, el espectáculo era espeluznante. El pelotón de los vencidos era distribuido por los milicianos en dos direcciones: a unos los encaminaban por la izquiera, junto a la pared del cuartel, donde eran rematados a bayonetazos. A otros les hacían ir por el centro. Uno de los milicianos me detuvo y me preguntó por mis insignias. No le respondí. Sin duda me tomó por un oficial que se arancó al estrella, y a los oficiales les esperaba la muerte". El miliciano le ordenó que se esperara, pero la avalancha se interpuso entre ambos, y Ángel siguió cainando, rzando para que no acabaran con su vida.


"Salí por el mismo sitio por el que había entrado el día anterior. Los milicianos nos daban indicaciones para seguir por la Plaza de España. En el número 7 nos fuimos reuniendo los que conseguimos salvar la vida. Permanecimos allí encerrados hasta el día siguiente, cuando escoltados por guardias de asalto, nos llevaron a la Cárcel Modelo.Era la Divina Providencia quien me protegía".


Ese fue su destino en los 6 meses siguientes. El 11 de noviembre comenzaron los bombardeos en la cárcel. "Nos evacuaron en autobuses y nos llevaron al colegio de escolapios en la calle del general Díez Porlier, donde fuimos distribuidos por aulas y pasillos". Angel se enteró que en ese mismo lugar estaban su padre y su hermano Julio. "Nos vbimos entre rejas. Es indescriptible la emoción de ese momento, el último día en que les vi con vida. Pocos días después fueron asesinados en Paracuellos de Jarama, como lo fueron otros miles de inocentes.
Como sue más tarde, el turno de mi "paseo" se había fijao para el  de enero de 1937. Pero uno de los últimos días de diciembre le llamaron para que abandonara la galería. "Ese era el procedimiento que se estaba llevando en algunos casos para llevar al preso a Paracuellos. Pero en la porterá de la cárcel se comprobó mi identidad en una lista con otros 40 nombres, de la cual fui tachado, poniendo otro nombre en mi lugar. Puedes irte me dijeron".


Angel cuenta que Paco, el pollero de Lavapies y amigo de la familia, tenía amistades importantes dentro de Seguridad.
Pasó los siguientes tres meses escondido en el sótano de la carnicería de su tía. Su día transcurría escuchando el bando en la radio y aprendiéndose los himns que sonaban del bando nacional.

CUARTEL DE LA MONTAÑA Vs2

Lo primero fue el Cuartel de la Montaña. Contarlo nuevamente, no pero debía dar mi versión de los hechos. La noche del 17 de julio, viuno a vernos al gabinete de prensa de Telefónica el capitán Zamarro, un artillero republicano, y nos dijo que en el Cuartel de la Montaña se iban congregando numerosos falangistas de paisanos. Que lo habían denunciado en el Ministerio de Guerra, pero que no le habían hecho caso.
Por la tarde, el pueblo madrileño se agolpaba en las calles y bares para escuchar por la radio la información del Gobierno: "El conato de insubordinación queda reducida en algunas zonas de Marruecos".

El 18 en realidad, no ocurrió nada particular. Un diluvio de rumores. Telegramas de prensa que recibiamos en los periódicos nos confirmaban que la rebelión militar se extendía por todo Marrruecos, y en la Península no ocurría nada alarmante. Los gobernadores de las provincias se hallaban en total contacto con el gobierno.

Fue en la tarde del 19 cuando el General Fanjul y su alto mando en la Montaña, destacan una orden del Ministerio y se declaran en franca rebeldía. Es el primer acto de sublvación de Madrid. A la maana siguente se perpetró el asalto al Cuartel, por parte del pueblo y los Guardias de Asalto. Entre el primero figuraban las Juentudes Socialistas. Por orden de Largo Caballero se destacó algunos dirigentes del Partido, con documentos de la UGT, para que, en colaboración co el comandante de los Guardias de Asalto se contuviera el desorden de las masas y los excesos que pudieran desencadenat los atacantes, en caso de triunfo.

La noche anterior, acompañado de otros periodistas, pasé varias veces por la calle Ferraz, junto al cuartel, lentamente, con los faros apagados. No se oía una mosca y todas las ventanas estaban cerradas, sin ver ni un ápice de luz.

Amaneció una mañana maravillosa. Los dirigentes socialistas ordenaron a las Juventudes, las que tenían armas adecuadas, que se unieran al sitio del Cuartel, que ya habían establecido los pocos Guardias de Asalto leales. Comenzaron a llegar gentes de todas partes, formando un gran bullicio, como epectadores antiguos de una ejecución. El sitio era cada vez más estrecho. La calle de Luisa Fernanda, los jardines y otras calles estrchas adyacentes a Ferraz, eran campamentos de los espontáneos civiles y Guardias de Asalto.
Hablé con el general Asensio, que vestido de paisano se encontraba expectante en la plaza.

El jefe delos del Asalto recibió, ya avisado, a los dirigentes socialistas y comunistas, y como un sargento,, media docena de guardias y sus ametralladoras, los situó en un edificio frente de la calle Ferraz frente a los jardines  y la rampa de entrada al cuartel. La ametralladora se emplazó frente al cuartel, visando el edificio que parecía mudo, abandonado.

Se llamaba Cuartel de la Montaña debido a que estaba construido en el altozano del Príncipe Pío, donde hoy se encuentran los monumentos egipcios de Assuan. Tenía 4 plantas y su guarnición la componía el alma de ingenieros: un regimiento de Ferrocarriles, otro de Zapadores-Minadores y un batallón de Telegrafistas. También había un regimiento de Infantería. Aquella mañana, había entro del cuartel cerca de 3500 personas.

De pronto comenzaron a atacar contra el dos cañones del 75, colocados en la Plaza de España. Contestaron los sitiados con varias granadas de mortero, torpemente lanzadas, que no pasaron de la rampa de entrada del cuartel, ya que no sabían dónde estaban los cañones, bien colocados estratégicamente entre las ramas y flores del jardín.


a comenzaba a molestar alos militares leales las individualidades de los paisanos, que no se atenñian a las órdenes y se lanzaban al asalto. Los Guardias decidieron trasladar las aetralladoras de azotea, para abrir fuego con más perspectiva sobre la fortaleza sitiada, cuyos balcones estaban tapiados por sacos terreros, y entre las junteras se veían asomar los cañones de las ametralladoras.

Arreciaban los espontáneos. Por una rendija del cuartel más cercana a la calle Ferraz, apareció la bandera blanca. Muchos se lanzaron por la explanada creyendo que era la capitulación, pero el 50% cayeron muertos abatios por los disparos de las ventanas.

Surgió en el aire el avión de Antonio Rexach, un capita´n d avion muy revolucionario, dio una vuelta por la fortaleza sitiada y lanzó sobre los patios octavillas que edían el cese de la sedición.

Una vez más se empleó la táctica napoleónica, que luego usó Queipo de Llano en Sevillay amarro en el Frente de Madrid. Los paisanos llevaron a la calle Luisa Fernanda uno de los cañones, que daba con el flanco izquierdo del cuartel, fingiendo tener artillería en todos lados.

Volvió a aparecer el aviçon de Rexach. La gente se calló en la calle, pensando que podía ser aviación rebelde, pero no. El avión voló rasante sobre el cuartel, y en lugar de octavillas, alcanzó acertar dos bombas, una en cada patio. Otro avión le daba escolta, pero sin atacar, quizás para atemorizar a los sublevados.

Nuevamente salió la bandera blanca  por la puerta interior. Era esta vez una enorme sábana blanca, en agitación desesperada. Y ahora sí, los ciudadanos se lanzaron en masas armados con escopetas al interior. Pero los guardias avanzaban con sigilo, pues aún se oían disparos.

En las puertas del cuartel todo fue un caos. Disparos, alaridos, dispersión. En el interior estallaron varias granadas de mano. Luego, los soldados obligados a sublevarse iban saliendo. Todos gritaban Viva la República y se quitaban sus cacos y uniformes, increpando a sus anteriores jefes.

Los dirigentes delos partidos y organizaciones se dirigieron al segundo edificio del cuartel, donde se alojaban los regimientos de Ingenieros. Niños de 14 años, pistola en mano, perseguía hacia la salida a un capitán  con los brazos en alto. En el "Cuarto e Banderas" se encontraban 11 oficiales con sus pistolas en mano que acababan de suicidarse.

Tres horas duró el sitio, a las 12 del mediodía se había terminado.

Los espontáneos atacantes se apoderaban de todo lo que encontraban a su paso: fusiles, pistolas, ametralladoras. La plebe comenzó a matar a los falangistas que la noche anterior habían entrado en el cuartel para engrosar la sublevación. Se les conocía enseguida por lo mal uniformados que iban, con guerrreras de oficiales compleentarias.

Los dirigentes no podían poner orden. Constantemente llegaban a las calles gentes descontroladas atendiendo a los solados amigos muy jóvenes que etsaban heridos, a quienes habían obligado a luchar los facciosos, y que nada tenía que ver con la causa de la lucha.

Al fin acabaron los tiros y los asesinatos. Se pidieron refuerzos por los de Asalto. Llegó un comandante con una compañía, y echando valor, pudieron echar a todos los incontrolados del edificio, y quitarles el armamento que se querían llevar para la revolución por su cuenta.

Cuando comenzaron a dispararlos cañones de los Guardias de Asalto, los sublevados subieron a los tejados para manejar un telégrafo con los rayos solares , pidiendo SOS a otros cuarteles de Madrid, pero sin respuesta.El general Fanjul, dirigente de ese regimiento, llegó esa noche, vistiendo un uniforme de soldado raso, que no le iba, dado sus años y su barba blanca. Pero así podría huir por la trasera del cuartel si las cosas le iban mal, pero no pudo hacerlo.
Muchos fueron los falangistas que intentaron pasar desapercibidos, pero algunos cabos y sargentos fueron fusilados. Otros, pudieron llegar a tiempo para cambiar sus ropas de soldado por ropa de calle y confundirse entre la marabunda de gente.

Los mandos de los otros cuarteles conocieron lo ue sucedía en el de la Montaña y capitularon incondicionalmente. La verdad es, que tanto unos como otros, demostraron poco espíritu de lucha. Por decisión del Gobierno, se encargaron del Cuartel los dirigentes socialistas, por ser la fuerza mayor más ordenada. La gente no creía en la buena fe e los militares, por eso se les encargó a aquellos administrar el armamento allí almacenado e irlo suministrando mediante órdenes estrictas, y adiesrar en él a sus destinatarios.
El cuartel quedó abandonado como aislado botín en la ciudad, lleno de cadávares que comenzaban a pudrirse.
Ha´bia soldados de la guarnición, unos 40 supervivientes, que no tenían familia en Madrid y no sabían dónde ir, pese a haberles eximido de lo que le quedaba de servicio en el Ministerio de Guerra.
Un vcapitán que pusieron al frente del cuartel, usaba a aquellos muchachos con licencia y destino, para que pusieran los muertos en hileras,por si alguien venía a reclamar alguno. La temperatura era muy alta. Aquellos patios cada vez olían peor, y el Ministerio dispuso que llevaran los cadávers al Cementerio Municipal en las camionetas de los servicios de limpieza.

Luego tomaron posesión del cuartel los dirigentes socialistas y de la UGT haciendo una vista de inspección con el capitán. En la mesa de un coronel hhalaron la lista con los nombres de los falangistas que en la noche del 18 de julio se sumaron al cuartel con los militares sublevados desde el día 17. Eran falangistas aquellos civiles y de otras organizaciones de derechas. Junto a cada nombre figuraba el aval correspondiente donado. En el documento aparecían estudiantes parisinos y alumnos de la Academia de Infantería. Nadie fue a rclamar ningún cadaver.

Se sospechaba en el goierno rpublicano, blando y sin sentido de revolción social, que trató de pactar con los sublevados, aún abortando el promunciamiento del Cuartel de la Montaña. Prueba de ello es que tras el juicioque le siguió a todo esto, al general Fanjul, la pena de muerte sentenciada no fue ejecutada de inmediato, sino pasado algún tiempo. Yo estaba en el despacho del presidente Giral  cuando le llegó eldocumento donde firmaría la sentencia de muerte, que fue lo que hizo sin apenas mirarlo, siguiendo conversando con nosotros. Las dudas vinieron más tarde.

Fanjul fue fusilado ante un muro con aparente serenidad. Llevaba pantalones de soldado y camisa corriente.  A la hora de la verdad intentó arengar al pelotón, pero se le quebró la voz. Le salió una especie de gallo, y las balas no le dejaron terminar.

El gobierno no quiso más víctimas sobre el caso del Cuartel y dio carpetazo al sumario como gesto diplomático, para mantener el orden en otras regiones.

CUARTEL DE LA MONTAÑA Vs 1

En Madrid, la lucha contra los sublevados fue realmente titánica. El proletariado madrileño, menos entrenado que el catalán, se encontró con muchísimas más dificultades para hacer frente a los enemigos de la República.

Los señoritos falangistas, emboscados en grandes edificios, y como en Barcelona, en las iglesias y conventos, formaban contingentes que rivaliaban en número con el pueblo de armar.

Sólo el arrojo, la valentía de los obreros madrileños y de los amigos de la República, pudieron superar la deficiencia de medios que tenían. Los partidos de iquierdas, los socialistas y organiaciones obreras inactivas en España hacían  lo posible por conseguir las ansiadas armas, pero no llegaban. Y estalló la sublevación. Y principió por el Cuartel de la Montaña, desde donde se tiroteaba a los trabajadores que vigilaban, observaban los movimientos de los que dentro preparaban la sublevación.

Otros cuarteles en las afueras de Madrid, están también sublevados y ya se combate allí. La actitud vacilante del gobierno, que no sabe qué actitud tomar, la dimisión del mismo y constitución de otro, que dura escasas horas, hace que el esfuerzo por acabar con la sublevación recaiga en el pueblo, sin más apoyo que el de los Guardias de Asalto, que si dirección de mandos, se unen a la causa popular.

El mando de los sublevados recayó en el general Fanjul. Y éste, con docenas de jefes, centenares de oficiales, varios regimientos e infinidad de paisanos, de "señoritos falangistas", se encontraban en el interior del Cuartel. Más de 3500 personas se encontraban concentradas dentro.

El pueblo sin armas, se lanzó al ataque, con algunos fusiles y escopetas; con bombas fabricadas precipitadamente con botes de hojalata; con escopetas de caza y con arma requisadas a algunos agentes días anteriores.

Desde el Cuartel, los ataques se repelen bien, la fortaleza está bien organizada. Los miles de ciudadanos que se conglomeraban a su alrededor, lo bloquearon al completo y comenzaron los disparos. Llegan para ayudarles un grupo de Guardias de Asalto, en ayuda del pueblo.

Cuando cae un civil o un guardia, salen 5 hombres dispuestos a empuñar sus armas. Una traición más, comentan los rebeldes. Izan la bandera blanca, y cuando los trabajadores, confiados, se acercan al cuartel, comienzan a abatirlos a tiros.

Al tomar el cuartel, entraron en avalancha, pisando a los compañeros que han caído en el primer empuje. Y allí se acorrala a los rebeldes, que atontados, entregan sus armas. Son hechos prisioneros muchos jefes y generales, entre ellos, Fanjul.

Elo no acabo con la lucha. Siguieron resistiendo algunos focos rebeldes, pero armado ya el pueblo con los usministros del Cuartel de la Montaña

sábado, 25 de diciembre de 2010

EL POUM

El POUM se fundó en 1935, tras la revolución asturiana de octubre de 1934, y como consecuencia de una gran corriente que expresaba con carácter general a toda la clase obrera española, y por la necesidad de dotar a éste de un partido comunista. No existiendo en Madrid sección del Bloqueo Obrero y Campesino, la sección de la Izquierda Comunista de Esaña se transformó en el POUM. Puee decirse con ello que el proceso de unificación que condujo a la creación del partido no lo vivimos realmente como tal. En los meses precedentes, últimos de 1934 y primeros del 35, esta sección, todavía ICE, estuvo enfrascada en discutir la propuesta de Trotsky, que aconsejaba ingresar en los partidos socialistas, la lllamada táctica del "entrismo".
La victoria de Hitler y el hundimiento sin lucha del potente Partido Comunista Alemán, llevó a Trotsky a considerar caducas sus ilusiones en regenerar de nuevo a la Internacional Comunista. A partir de ahora debían orientarse a la construcción de una nueva Internacional, la IV.

Consciente de a gran debilidad de los grupos trotskystas para realizar acciones, en un momento en el que el mundo cambiaba rápidamente, consideró que su incorporación a los partidos socialistas, muy radicalizados entonces por las modificaciones de Hitler en la situación internacional, permitiría alcanzar tan valioso objetivo.
Conviene recordar que por aquel entonces en España, con las variantes propias a su formación, las Juventudes Socialistas de Santiago Carrillo, y la iquierda intelectual del PSOE, opinaban esencialmente lo mismo sobre este problema. Las elaciones no podían ser más cordiales, pero ello no impidió que la mayoría de las secciones del ICE no creyera en la posibilidad de bolchevizar al PSOE, Y y rechazó la idea de entrismo. Sólo media docena de camaradas optaron por entrar, aunque sin mucha fe en ello.

Resuelto este problema del entrismo, no era claro que todo funcionase bien. Fue cuando supimos, por la correspondencia que Andrade mantenía con Nin, que en Barcelona se habían iniciado conversaciones entre los partidos que conformaban la Alianza Obrera, tendentes a la constitución de un nuevo partido, inspirado en los principios del comunismo.Ello animó, principalmente porque la noticia coincidía con una importante escisión que se producía en el Radio Sur de las Juventudes Comunistas de Madrid. Una trintena de combatientes jóvenes militantes, ingresaron en tal sección, reforzándolaQuerían trabajar para ofrecer al proletariado español, una alternativa revolucionaria distinta al reformismo socialdemócrata y al nuevo frente populista estalinista.

Las cosas, sin embargo no se presentaron fáciles. Nos llegaban noticias de que las conversaciones de Barcelona iban reduciendo el número de participantes, quedando sólo el BOC y la ICE.

Pero aún debíamos recibir otra noticia que enviaba Nin a Andrade: parecia que en Barcelona se creaba un partido pero orientado sólo al catalanismo, y nos aconsejaba a todos que no eramos catalanes que ingresáramos en el PSOE, con lo que rechazamos la idea, no antes que los catalanes, que ya lo habían hecho antes.
 

viernes, 24 de diciembre de 2010

VIOLENCIA EN FEBRERO DE 1936

La policía ha detenido a 19 fascistas que desde una camioneta dispararon a la Puerta del Sol. En el interior del coche hemos encontrado varias cápsulas disparadas. Posteriormente, se ha comprobado que también dispararon contra la camioneta de Falange Española, varios comunistas que se encontraban en un grupo estacionado en el centro de la plaza.
No se ha podido determinar quienes iniciaron el tiroteo, pero se supone que fueron los comunistas, ya que desde la camioneta y a la velocidad a la que marchaban, no se podía detrminar la tendencia política de los numerosos camiones estacionados en Sol.

El herido continúa muy grave, afiliado al Socorro Rojo Internacional, y se llama Alberto Martín Bertoles.

jueves, 16 de diciembre de 2010

4. HITLER ANSIAS DE PODERIOS

El 10 de ocubre de 1931 Hindenburg recibió a Hitler por primera vez. El futuro Führer intentó impresionarlo, pero no lo consiguió. Hindenburg pretendía extender el mandato de la presidencia, decisión que debía tomar el Parlamento.

Burning lamó a Hitler, quería que el partido nazi aceptara la prolongación del mandato del canciller Hindenburg. Para ello le lanzó un anzuelo: ofrecía sugerir el nombre de Hitler como sucesor en el puesto de canciller. Pero el líder del partido nazi quería el fin de la República y eso significaba darle más vida. Ofreció apoyar a Hindenburg en las elecciones  si se deshacían de Bruning, nombraban un goberno nacional, y convocaban nuevas elecciones al Parlamento y la dieta prusiana. Hitler pensaba en la oportunidad de resentarse a las elecciones. Goebbels lo incitaba a hacerlo y el líder siguió su consejo.
La cmapaña fue confusa y áustera. 

Hindenburg era protestante, prusiano, conservador y monárquico, obteniendo el  apoyo de socialistas, sinicatos y católicos. Hitler era católico, austriaco, antiguo vagabundo, nacionalsocialista, jefe de las clases más bajas, contaba con seguidores prusianos y algunos de clase alta y monárquicos.
Para resolver el tema de la ciudadanía, se convirtió en ciudadano alemán.


Emprendió su campaña con energías, recorrió el país haciendo ardorosos mítines, habló a la ciudadanía y los fustigó hasta llevarlos a un estado de completo frenesí.


Los nazis hicieron una cmapaña de propaganda como nunca se había visto antes en Alemania.Pegaron carteles en las paredes distribuyeron 8 millones y medio de folletos y 12 millones de perióicos. Llevaban a cabo más de 3000 mítines al día por todo el país. Además hicieron el uso de películas y discos con ayuda de altavoces en los camiones. 


En las elecciones, el canciller obtuvo el 49.6% y Hitler el 30.1% Nunca consiguió la mayoría absiluta Eran necesarias nuevas elecciones. Hitler había logrado aumentar la votación de los nazis en un 86% pero el Presidente lo había rebasado. Emprendió una nueva campaña con más ánimo.
Realizó 5mítines diarios, volando en avión de una punta a otra. Se dedicó a predecir un futuro feliz para todos los alemanes si le votaban: trabajo para todos los obreros, precis mejores para los cultivadores, más negocios, un gran ejército, llegó a prometr que las muchachas encontraría a un marido.


El 10 de abril de 1932 se realizaron las segundas elecciones. Hindenburg sacó un 53% y Hitler un 36.8%. Más de la mitad de los alemanes confiaban en la República democrática.


Hitler había duplicado sus votos en apenas dos años. El consejo de ministros había decidido suprimir el ejército del partido, las SA, ante el rumor de que si ganaban, se apoderarían de Alemania.
El golpe dejo aturidos a los nazis, y Hitler obedeció, ya que no era el momento de rebelión armada. 
El 8 de mayo, se volvió atrás en esta decisión de las SA y Hindenburg llamó a Hitler a apoyar al gobierno.


El 1 de junio de 1932, fue nombrado canciller Franz von Papen. El hombre no era tomao en serio, ni por amigos ni por enemigos.Se le consideraba superficial, desatinado, intrigante, astuto, vago y avaricioso. Apenas contaba con respaldos políticos importantes.
El  de junio disolvió el Parlamento y llamó a las eleccinoes para el 31 de julio.


El 15 de junio levantó el bando de suspensión de las SA. Le siguió una ola violenta de asesinatos políticos, jamá conocida en Alemania. Fuerzas de asalto buscaban peleas y sangre.
Sólo en Prusia, durante 20 días, hubo 461 batallas campales con 82 muertos y 400 heridos. Papen prhibió las concentraciones políticas antes de las elecciones.
El 20 de junio destituyó al gobierno prusiano y se nombró asímismo comisario del Reich en Prusia. Ademas, declaró el estado de guerra en Berlin.
Hitler entonces decidió derrocar a Papen. Los nazis se arrojaron nuevamente a la campaña, ganando terreno.
En las eleccines de julio de 1932, los nazis consiguieron 13 millones de votos y 230 escaños. Era el partido más numeroso, pero le faltaban escaños para la cámara.


Hitler aún no conseguia la mayoría que esperaba para poder llegar él solo al poder. El 4 de agosto fue a Berlín. Pidió ser canciller, y para su partido pidio algunos ministros. Para presionar, las SA tendieron alrededor de Berlín un cerco, y le dijeron que a lo mas que podría aspirar era a la vicecancillería.


Hitler se mostró ultrajado. Seria canciller o nada.Se reunió con Hindenburg, de 85 años, y repitió su petición. El presidente replicó que con la tensa situación no podía arriesgarse a transferir el poder a un partido nuevo que no tenía la mayoría y que era turbulento e indisciplinado. Hablo de ataques de violencia a los judíos. Hindenburg consideraba que era un partido fuera de control. Le pidió colaboración a otros partidos y que Hitler 
deshechara la iea el poder completo. El viejo presidente le echó un buen sermón.
Cuando los nazis se enteraron de la petición de poder aboluto, la causa nazi sufrió un gran revés.
El 30 de agosto, los centristas se unieron a los nazis y eligieron a Goering presidente del Reichstag.


El canciller Von Papen había conseguido un decreto para disolver la camara. Pero Hitler ordenó votar la enmenda comunista para derrotar a Von Papen antes de que éste disolviera el Reichstag. Estaba fuera de si de la alegría que sentía.
El 6 de noviembre hubo nuevas elecciones. El pueblo etaba cansado de propaganda y discursos, y los nazis no contaban con tanto dinero como para llevar a cabo una campaña semejante.Los círculos económicos se asustaron por la participación del partido en una huelga de obreros del transporte de Berlín.

En als votaciones, los nazis perieron 2 millones de votos y 3 escaños del Reichstag.Sólo tenían 196 diputados. Seguían siendo el mayor partido de la nación, pero había retrocedido, se sentían débiles.

El 17 de noviembre, Von Papen y sus ministros dimitieron. Entonces Hindenburg llamó a Hitler el día 19. El presidente le ofrecía la cancillería si podía asegurar una mayoría manejable en el Reichstag para llevar a cabo un programa bien definido, o bien, le entregaban la vicecancillería a las órdenes e von Papen. No hubo acuerdo, Hitler no fue capaz de prometer tal cosa.


El ejército se puso contra von Papen e Hindenburg apoyó a la institución armada.El canciller había sido depuesto y el pensó que libraría a Alemania de una guerra civil. 
El 2 de diciembre Kurt von Schleicher fue nombrado canciller. Llegaba en un momento en el que la crisis se encontraba en su más alta cumbre. Estuvo 57 días en su puesto, en una época de odios e intrigas, tratando que Hitler se uniera a su gobierno, y al no lograrlo, intentó desunir al partido
Los nazis sufrían graves problemas económicos, no tenían fondos para pagar la nómina de miles de funcionarios, paral os dos millones de marcos aque necesitaban las SA a la semana, y debían las impresiones de los diarios.


Strasser discrepaba con Hitler a la hora de buscar el poder total.Por ello, le envió una carta renunciando y desistiendo a sus ideas: su mano derecha le abandonaba.


Hitler entonces se sintió traicionado, por ello, se sforzó para cerrar en un círculo la lealtad de los que le quedaban a su lado, ya que el nuevo canciller estaba a punto de caer y no contaba con demasiados apoyos en el Reichstag.
El 28 de enero, presentó su dimisión a Hindenburg, quien le pidió a von Papen que indagara en la posibilidad de poder hacer un gobierno encabezado por Hitler en términos constitucionales.
Mientras los nazis celebraban, se corría el rumor de que se presentaba y preparaban una dictacura militar. Goering avisó a Hindenburg y a von Papen, mientras que Hitler conversaba con las SA para poner en estado de alarma la ciudad de Berlín.


Se nombró Ministro de Defensa a Blomberg el 30 de enero de 1933. El gabinete de Hitler se había constituido y fue nombrado canciller.
Los nazis eran minoría. Tenín 3 de 11 puesto del gabinete. Los ministros importantes los tenían los conservadores que creían estar usando a los nazis para sus fines. 

Los alemanes impusieron la tiranía nazi ellos mismos. El error: no oponerse unidos a Hitler, Al mediodía del 30 de noviembre de 1933, el presidente nombró canciller a Hitler. Su poder, aunque grande, no era absoluto. Su tarea inediata se basó en eliminar  a quienes le quitaban parte del poder. Con ese elemento llevarían a cabo su revolucion nazi.


A las cinco de la tarde se celebró el primer consejo d ministros. Ayudado por Goering, empeó a obligar a sus colega conservaores para que le siguieran su corriente. Madó a Goering a hablar con los centristas, que tenían 70 escaños en el Reichstag. Como ponían condiciones, Goering propuso llamar elecciones y disolver el Reichstag, algo que Hitler aprobó.
El 5 de marzo se celebraron e nuevo elecciones, usando los nazis vastos recursos para acumular votos: tenian la radio y la prensa a su disposición.


Invitaron a magnates a ayudarlos econ´omicamente. Hitler suprimió la prensa y propaganda comunista.
Goering fue nombrado primer ministro del interior en Prusia. Expulsó a los ministros republicanos para reemplazarlos por oficiales de las SS y SA, invitando a la policía a evitar hostilidades entre estas dos fuerzas y eliminar a todos los que se opusieran a Hitler.


El poder policíaco de Prusia, dos tercios de toda Alemania, fue recayendo en manos nazis. El 27 de febrero de 1933, se incendia el edificio del Reichstag. Hitler acusó a los comunistas de realizar un crimen contra el nuevo gobierno. Goering gritó que co esto comenzaba la revolución comunista.
Aunque no hay certeza, parece que fueron os nazis los que rovocaron este incendio. Con guardias de asalto, se internaron en los subterraneos e impregnaron too de gasolina y productos químicos inflamables, llevando lugo a un pirómano communista, electo por ellos para dar fuego a todo. En el juicio, fue eclarado culpable y decapitado. 


El 28 de febrero, Hitler consiguió  del Presidente un decreto para la protección del pueblo y del estado. Quedaban en suspenso las 7 garantías de libertades individuales y civiles de la constitución. Según Higtler, eran medidas defensivas contra actos comunistas d violencia.


Se autorizaba al gobierno del Reich para eercer un completo poder sobre los Estados Federales, cuando fuera necesario, e imponer penas de muerte a crímenes como alteraciones graves de la paz..


Hitler hizo callar a sus adversarios y posibilitó su arresto cuando fuera necesario. Creó así una amenaza oficial a los comunistas, provocando miedo entre las clases medias y campesinas. Si no votaban por él en las elecciones, los bolcheviques tendrían el poder. Unos 4000 funcionarios comunistas fueron arrestados. 


Era la primera experiencia de terror nazi en Alemania. Sus partidarios rugieron por todas sus calles. Los camisas pardas acorralaban a sus víctimas las llevaban  alos barracones de las SA, las torturaban  y las golpeaban.
La prensa comunista y las reuniones políticas fueron suprimida: diarios socialdemócratas y liberales fueron prohibidos o suprimidos, y las reunioes de otros partidos sufrieron lo mismo. Sólo los nazis odían llevar a cabo campañas sin ser molestados.


Llevaron a cabo una gran propaganda. La radio estatal difundió sus voces , se pusieron banderas en las calles, hicieron grandes concentracoines en las calles, donde les anunciaban el paraíso. 
En las elecciones del  5 de marzo, los nazis lograron los 17 millones de votos. Pero con todo, la mayoría seguía rechazando a Hitler, ya que sólo representaban el 44%


Hitler aún no poseía los dos tercios necesarios en el Reichstag, necesarios ara hacer su revolución, establecer dictadura con consemtimiento del Parlamento.


Su plan consistió en pedir al Reichstag la aprobación de una ley de poderes, confiriéndole al gabinete de Hitler facultades exclusivas legislativas durante 4 años. Se necesitaba nuevamente dos tercios ara conseguirlo. Sin embargo, arrestando a unos cuantos comunistas, podría conseguir su propósito. Hitler logró el poder de legislar quitñandole atribuciones al Reichstag, prometiendo hacer buen uso de sus facultades.


Así fue enterrada la democracia parlamentaria en Alemania. Todo se hio con entera legalidad, el Parlamento había cedido su poder constitucional a Hitler, cometiendo un verdadero suicidio.

Esta ley de plenos poderes constituyó  la base legal para la dictadura del Führer. Desde el 23 de marzo de 1933, Hitler es nombrado dictador del Reich.

domingo, 12 de diciembre de 2010

3. HITLER EN EL CAMINO HACIA EL PODER

Hitler fue sometido a juicio. Cuando terminó, había transformado la derrota en triunfo. Impresionó al pueblo alemán con su elocuencia y su fervor nacionalista. Su confianza en sí mismo estaba intacta. En prisión, esperando el juicio, prometió que no cometería el mismo error. Ya sabía cómo construir el estado nazi. Necesitaba al ejército alemán junto a él, por ello, se reconcilió con él al salir de la cárcel y conseguirse la asolución de Luddendorf.

 En el  juicio, Hitler y sus compañeros fueron considerados culpables y condenados a 5 años de prisión en Landsberg. 9 meses después, en diciembrem Hitler era excarcelado, y en libertad podía continuar su lucha: derribar el estado democrático.

Hitler se había convertido en famoso, y para los ojos de muchos, se había convertido en un héroe. La propaganda nazi convirtió este episodio en una leyenda del movimiento. 
En prisión, Hitler fue tratado con honores. Tenía una habitación para él solo. Convocó a Hess y empezó a dictarle su libro "Mi Lucha", un libro con toques autobiográficos. Este libro le hizo millonario, y en el régimen fue tan leído como la Biblia. Era casi obligatorio leerlo, y las familias  se sentían protegidas si tenían el libro en casa. Si este mundo se hubiera leído antes, propablemente se hubiera evitado una catástrofe. Allí se exponía la clase de Alemania que se buscaba.

La impronta del Tercer Reich y el bárbaro orden que Hitler impuso entre 1939-1945, se hallan expuestos con aterradora crudeza y con gran extensión y detalle en este libro. El concepto de la vida que allí se detalla fue abrazado fanáticamente por millones de alemanes y produjo la ruina de muchísimos seres  humanos decentes y culpables. Trataba de lograr un nuevo Reich ajustando las cuentas con Francia y expandiéndose hacia el este, sobre todo a costa de Rusia. 

El Tercer Reich sería gobernado por elprincipio del caudillaje, una dictadura. No le daba importancia a lo económico. Creía que ninguna política económica erra posible sin una espada, ninguna industrialización se realizaría sin poder.

En el libro también escribió sobre la "Eugenesia" del Tercer Reich: el matrimonio no puede ser un fin en sí mismo, sino que tiene que servir para su meta más alta el aumento y la conservación de la especie y la raza. 

Veía toda la vida como una eterna lucha, y el mundo una selva en la que sobrevivían los más capaces y goernaban los más fuertes "El fuerte domina al débil y no debe mezclarse con él, sacrificando así su propia grandeza ...". El favorito pues, era el ario. Este era el  principio de las ideas nazis: la concepción de una raza superior era la base del Tercer Reich.

Hitler se revela en su libro con un sadismo difícl de entender. Para ñel, la mezcla de razas era un error cardenal. Ella mata a las viejas culturas, y los hombres pierden resistencia. Todos los que en est mundo no son de la raza, pertenecen a la broza, los judios y los eslavos. Hitler llegó a prohibir los matrimonios entre alemanes y miembros de estas razas. Se confesaba así su ognorancia en Historia y Antropología. Para él, lso alemanes eran la raza más superior de la tierra, y los seguiría siendo si velaban por la pureza de sangre.

"El estado popular debe colocar a la raza en el centro de la vida, ebe tomar las medidas necesaias para que sólo las personas saludables puedan engendrar hijos. Sólo hay una desgracia: traer hijos al mundo pese a las deficiencias. Es represible privar a la nación de hijos saludables".

 El dominio alemán se había convertido en una obsesión. No estaba de acuerdo con la democracia: no debe haber decisiones de la mayoría, sino de personas responsables. 


Un solo hombre poseerá la autoridad de mandar. No dudaba en que construría su propio Reich. Unificaría a un pueblo elegido, puruficaría su raza, la haría fuerte, haría que sus hijos fueran señores en sus tierras. Todas sus ideas tenían sus raíces en el pensamiento filosófico alemán del siglo XIX. El nazismo y el Tercer Reich no eran sino una continuación lógica de la historia de Alemania. Primer Reich: sagrado imperio germano medieval. Segundo Imperio: Bismarck en 1871 tras la derrota de Francia a manos de Prusia.


Ambos le habían dado gloria a Alemania, Para Hitler, la República de Weimar había arrastrado estas victorias al fango. El Tercer Reich l restauraría. 
Alemania habá sido siempre un país formado por diversas naciones. No hubo crecimiento natural como nación, estaban divididos en diminutos estados. La idea de pueblo soberano, de democracia, nunca échó raíces en Alemania. 
Alemania tuvo épocas gloriosas, como la de Bismarck. La idea de raza dominante o de los judíos como raza inferior no era nueva en Alemania.
Hitler admiraba a Nietzsche, y odiaba el cristianismo: el hombre debe ser instruido por la guerra, y la mujer para la procreación del guerrero. Al final, Hitler se consideraba él mismo el Superhombre vbuscado por Nietzsche.


Como Hitler, Wagner odiaba a los judíos, y a Hitler le gustaba su ópera sobre dioses míticos.


Se podría considerar a H. Stewart Chamberlain como el fundador espiritual del Tercer Reich. Este inglés vio a los alemanes como la raza dominante, la esperanza del futuro. Hitler lo consideró profeta, te´nia un sentido mítico de su misión.


Un genio con una misión estaba por encima de la ley, no poía ser limitado por la moral burguesa, con esta idea Hitler justificaba los crímines de sangre más crueles: la supresión de la libertad personal, la prácrica brutal de trabajos  forzados, la perversión delos campos de concentación, la matanza de sus mismos seguidores en junio de 1934, el asesinato de los prisioneros de guerra y la carnicería masiva de judíos.


En 1924, Hitler salió de la cárcel. Su partido y prensa estaban prohibidos, la economía alemana se estaba recuperando y el pueblo alemán se recuperaba, con lo que el nazismo parecía morir.


Los años entre 1925-1929 fueron difíciles para Hitler y sus seguidores. Señalaba a su patria a un camino glorioso. Peró el no cesaba y pensaba que vendrian mejores tiempos. Alemania recibió créditos, y la gente parcía más feliz. El antiguo espíritu opresivo prusiano parecía estar muerto.

Casi no se oía nada de ellos y Alemania parecía recuperarse, con lo que le levantaron el castigo a Hitler.



El 26 de febrero e 1925 se reeditó su periódico y el líder dio un mitin en el partido resucitado. 4000 personas se reunieron para escucharle de nuevo. 


Sus camaradas ya no estaban y ahora tenía nuevos objetivos: concentrar el poder el partido en sus manos, reestablecerlo como organismo y uscar poder en las instituciones constitucionales.


La violencia que generaban sus palabras hcieron que el gobierno de Baviera le vetara la palabra en dos años, y Hitler mudo no era nada. Pero al ser buen organizador, se puso a trabajar en el partido. Primero los atrajo. En 1925 eran 27 mil y en 1929 pasaban los 179 mil. 


La organización política quedó dividida en dos grupos: POI, cuya misión era atacar y minar el gobierno, y POII, que buscaban establecer un estado dentro de otro. Creó además las juventudes hiterianas, entre 10-15 años, y creó organizaciones para las mujeres.


Las SA estaban organizadas como bandas armadas. Debían prteger los mítines nazis y desorganizar los otros, junto con aterrorizar a los que se oponían a Hitler. Una vez en el poer, se convertirían en el ejército. 
Pero las Camisas Pardas o SA, no llegaron a ser más que una mezcla de chusma camorrista. Muchos de sus jefes eran homosexuales.
Hitler creó las SS, con uniformes negros, y les hizo jurar lealtad a su persona. Primero fueron su guardia personal. El jefe definitivo acabó siendo Heinrich Himmler. Comenzaron siendo doscientos hombres, y acabaron sembrando el terror en toda la Europa cupada. Pero en realidad, la organización estaba llena de camorristas, homosexuales y borrachos chantaistas. Esto a Hitler no le importaba, mientras funcionaran. En 1926 constituyó el tribunal del partido.
 
Usando a un inquieto y joven Strasser, mandó organizar el partido al norte del país. Nombró como secretario al joven de 28 años Paul Goebbels, orador vehemente y fanático nacionalista, de sólida educación universitaria. Era doctor en Filosofía. Tenía un pie malo, con lo que no pudo ir a la I GM. La cojera le produjo amargura. 
Los socialdemócatas y comunistas propusieron la expropiación de las tierras y fortunas reales para que fueran dispuestas a la República. Strasser y Goebels propusieron a poyar la idea. Hitler entonces se enfureció pues muchos de sus antiguos gobernantes y poderosos industriales  apoyaban económicamente al partido. 

Hitler envió a Feder al norte para acallar a los rebeldes. 

Goebbels gritó a los cuatro vientos sus deseos de expulsión de Hitler del partido. El 1 de febrero de 1926 Hitler le devolvió el golpe. Organizó hábilmente una reunión en el sur. Gobbels y Strausser estaban en minoría y tuvieron que abandonar el programa. Goebbels estaba oyendo el discurso de Hitler y sintió un golpe que le derribaba todos los cimientos de sus ideas. El Führer lo conquistó y lo convirtió n su más fiel seguidor, hasta el final.


Esos años los pasó Hitler durante mucho tiempo en un refugio de los Alpes bávaros. Era su único hogar.
En 1928, invitó a su media hermana, Ángela, quien llegó con sus dos hijas. Hitler se enamoró de una de ellas, Geli Raubal, una muchacha de 20 años. No sabemos si ella lo llegó a querer realmente, pero en 1931, Geli anunciaba su vuelta a Viena, pero Hitler se negó a aceptarlo. Al día siguiente, ella apareció muerta, se había suicidado, y Hitler quedó tocado de pr vida.

Tres semanas después, Hitler obtuvo su primera entrevista con el jefe alemán Hindenburg. Era su primer movid para llegar al poder.


La depresión del 29 le dio su oportunidad de oro. El pueblo, duramente oprimido, clamaba buscando una salida a su situación. Millones de parados buscaban trabajo, los tenderos ayudas. Para estos descontentos, Hitler suponía un torbellino electoral. Desarrolló una campaña donde daba esperanzas a miles de desesperados en mediod e la miseria. Haría una vez más fuerte a Alemania, se negaría a pagar las indemnizaciones, acabaría con la corrupción, obligaría a los capitalistas, especialmente los judíos, a proveer de dinero al Estado y trataría que todo alemán tuviera un trabajo y pan para comer. La llamada a estos desesperados no fue en vano.


Aunque sus esperanzas eran grandes, Hitler quedó sorprendido cuando la noche del 1 de septiembre de 1930 llegaron los resultados de las elecciones.Dos años antes, su partido había conseguido 810 mil votos, y elegidos 12 candidatos como miembros del Reichstag. Esta vez, su meta era cuadriplicar los resultados, pero consiguió 6 millones de votos qe le daban 107 escaños y ascender al partido nazi del noveno lugar al segundo en importancia El PC también había subido de 55 a 77 escaños. Así, Hitler vlvió con el propósito de atraer a dos grupos poderosos: el ejército y las industrias.


En 1930 quedó en evidencia wque la propuesta nazi progresaba, especialmente en jóvenes militares. Los nazis comenzaron a recolectar dinero, los negociantes y nabqueros les ayudaban, además de realizar colectas  rifas.

En 1931Hitler decidió concentrar sus esfuerzos en cultivar amistad con influyentes magnates industriales. Atravesó Alemania manteniendo entevistas personales con prominentes personaidades del mundo de los negocios. A principios de ese año, Hitler reunió en torno a su partido a una pequeña banda de hombres fanáticos y cruees que le ayudarían en su impulso final hacia el podr y estaría a su lado en el Tercer Reich. Había 5 que destacaban en su lote de seguidores: Roehm, Strasser, Goering, Goebbels y Frick.


En este periodo, el camno díficil continuaba para Alemania. Había 5 millones de obreros parados, las clases medias enfrentaban la ruina,los labradores sin poder pagaban impuestos, el Parlamento estaba paralizado, el gobierno vacilante, y el prsidente, de 84 años de edad,  se hundía en la cenilidad.
Ahora la desconfianza crecía dentro del mismo partido nazi.