El Tercer Reich colapsó en la primavera de 1945. Pocos supieron lo que realmente pasaba tras su fachada. La dictadura operó en secreto. Hitler es el último e los grandes conquistadores en la tradición de Alejandro, César o Napoleón. Y el Tercer Reich, el último de los Imperios.
En el 28 de enero de 1933, se destituyó al anciano presidente ariscal Von Hindenburg. Hitler, jefe del nacionalsocialismo, el partido polítoco más numeroso de toda Alemania, pedía la cancillería de la República Democrática, que había prometido destruir.
El presidente contaba ya con 86 años, y aunque se oponía, flaqueó y el 30 de enero, nombreó a Hitler canciller. Éste ya se hacía acompañar por Goebbels, Roehm y Goering.
Hitler había sido un vagabundo que caminaba en Viena, un soldado nónimo de la I GM, fascinante orador austriaco. Tenía 43 ños cuando lo nombraron y se emocionó.
Su reino duró 12 años y 4 meses. Causó una erupción violenta y destructora, desolación carnicería de vidas y espíritu humano. Sobrepasó todas las salvajes opresiones de las eras anteriores.
Hitler fundó el Tercer Reich. Lo gobernó despiadadamente, con astucia poco común. Lo condujo a vertiginosas alturas y a un espantoso final. Tenía personalidad demoníaca, misteriosas intuiciones, cruelda, inteligencia enorme y alta imaginación. A algunos alemanes les pareció algo charlatán, pero su áurea carismática hizo que la mayoría le siguiera fervorosamente.
Nació a las 6:30 el 20 de abril de 1889 en una modesta posada de Braunau, en Austria, en la frontera austro-germana. Hitler tenía una media hermana, Ángela, que tenia una hija: Geli Raubal, el verdadro amor de Hitler. También tenía un medio hermano, Alois, pero Hitler no quería saber nada de él, pues era el vivo recordatorio de sus orígenes humildes. Hitler nunca hablaba de su familia.
A los 6 años ingresó en la escuela, era 1895, A los 15 años ya se había cambiado 7 veces de dirección y había estado en 5 escuelas distintas. Un compañero lo recuerda como un discutidor autocrático, de opiniones propias, mal carácter y de poca disciplina escolar, mal trabajador.
Con la muerte de su padre, Hitler lloró. Su madre, viuda y con 2 hijos, se vio obligada a hacerle estudiar la carrera de funcionario civil, causa que provocó entre ellos graves fricciones.
A los 16 años padeció una dolencia pulmonar que lo llevó a casa de su tía Spitel.
En geografía e historia obtenía notable. Al salir de la escuela se emborrachó y luego se volvió abstemio de por vida, vegetariano y no fumador.
Descubre los años felices de su vuda entre los 16-19 años, soñando ser un futuro artista. Le parecía repulsiva la idea de recibir un sueldo, soñando escuchando a Wagner.
Un amigo lo recuerda pálido, enfermizo y reticente con repentinos estallidos de furia contra los que no estaban de acuerdo con él. Estaba decidido a ser artista, pero desde los 16 comenzó a obsesionarse con la política.
Odiaba la monarqía de los Habsburgo y todas las razas no alemanas del Imperio Austro-Húngaro, teniendo un amor, igual de violento por todo lo alemán.
En 1906 se fue a Viena con el dinero que le dio su madre. La primera visita le encantó. A los 18 postuló a la Academia de Bellas Artes, pero no aprobó el ingreso. Volvió a intentarlo y fracasó otra vez, siendo el hundimiento.
El de diciembre de 1908 murió su madre de cáncer de mama.Loró mucho, pues respetó a su padre, pero a su madre la quería mucho.
La muerte puso fin a sus planes de vuelo. Tuvo que ganarse sólo la vida, partiendo de nuevo a Viena. Entre 1909-1913 vivió años de indigencia y completa miseria, trabajando, desde retirar nieve de las calles, sacudir alfombras, de peón.Estuvo 4 años viviendo en pensiones de bajo nombre, comiendo en las cocinas de caridad. Fue una etapa muy triste. Tenía mucha hambre, pero nunca se preocupó de conseguir un trabajo. No quería caer en las filas de los proletarios.
No tenía vicios y usaba un abrigo largo.
La monarquía del Danubio agonizaba. Durante siglos, una minoría germano-austriaca había gobernado un imperio formado por 12 nacionalidades.
Desde 1848 la autoridad se había ido debilitando. A comienzos del siglo XX los pueblos eslavos perdían iguadad y autonomía nacional. Las clases baas reclamaban el derecho a voto, los trabajadores pedían sindicatos y derecho a huega. Hitler, era opuesto a todo esto. Para él, el imperio se hundía en un pantano. Podría salvarse sólo si la raza germana dominante recobraba la antigua y absoluta autoridad. Otras razas para él, sobre todos los eslavos, eran inferiores. Habia que gobernar com mano de hierro y dejarse de tonterías democráticas.
En los comedores de caridad, Hitler observó la capacidad de la oratoria. Los oradors públicos políticos eran eficaces.
Comenzó a practicar oratoria entre su grupo de oyentes formado en las posadas bajas donde se hospedaba, comedores de beneficencia y esquinas de las calles.
Desde el colegio se declaró antisemita. En Viena vivía unos 200 mil judíos. Hitler se preguntó si eran alemanes. Comenzó a leer literatura antisemita. Tras decir que sufría nauseas al verlos, descubrió la mancha moral de este pueblo. Aseguró que los judíos eran los culpables de la mayoría de la prostitución de trata de blancas.
"Mi Lucha", su libro, está lleno de alusiones a judíos que seducían a las jóvenes cristianas y adulteraban su sangre.
En 1913 abandonó Viena para regresar a Alemania, con 24 años. Parecía un fracasado. Era un vagabundo excéntrico, lleno de libros, sin amigos, sin familia, pero con mucha confianza en sí mismo y un sentido ardiente de su misión.
Odiaba el imperio de los Habsburgo, el conglomerado de razas de la capital, sobre todo, de judíos. Mezcla que, según él, coroía a la cultura alemana.
En el verano de 1914 estalló la IGM, comenzando el periodo más memorable de su vida. Lo hirió la derrota. El ejército alemán no había sido vencido en el campo de batalla, sino por traidores de la retaguardia. Así nació para Hitler, como para otros alemanes, la leyenda de la puñalada por la espalda que ayudó a socavar a la república de Weimar y preparar e terreno para su llegada al poder. Ahí supo su destino: la política.
Comenzó para servir al ejército. Lo destinaron oficial instructor que debía combatir ideas peligrosas: pacifismo, socialismo, democracia. Habló ante un auditorio grande y este fue el inicio de una habilidad con la que se convirtió en un orador efectivo.
Usó la radio para ganarse a millones de oyentes. Le ordenaron investigar al partido político obrero alemán. Hitler oyó una conferencia de Gottfried Feder y quedó impresionado. Vio el llamado de éste a abolir la esclavitud capitalista, una de sus premisas para fundar el nuevo partido.
En esa charla, un profesor propuso que Baviera se separara de Prusia y se fundara Alemania del Sur, junto con Austria. Hitler se encolerizó y habló violentamente, dejando a todos los oyentes atónitos.
Más tarde, itler leyó un panfleto, done la mayoría de sus ideas se veían reflejadas, y más tarde, recibió una invitación en la que se le anunciaba que había sido aceptado como miembro. Acudió allí a una reunión y se hizo miembro del partido, convirtiéndose en íntimo consejero y conociendo a personas como Rudolf Hess o Alfred Rosenberg.
No hay comentarios:
Publicar un comentario